Para comenzar encontré un interesante artículo en UbuntuSolutions, que me sirvió para hacerme una idea de cómo iba la cosa. Pero después descubrí que el proceso puede ser mucho más intuitivo, utilizando la “Utilidad de discos” que incluye Ubuntu. Por desgracia, y como de costumbre, la instalación de los paquetes necesarios hay que realizarla primero manualmente, ya que dicha utilidad simplemente falla al intentar encriptar un volumen si no disponemos de los mismos, sin dar opción a instalarlos forma automática.

sudo apt-get install cryptsetup cryptmount

Ahora ya sí podemos proceder con la “Utilidad de discos” que encontraremos en el menú Sistema -> Administración.

En mi caso cuento con un dispositivo de 2GB, de los cuáles quiero utilizar 1,8GB en una partición abierta FAT32, y el resto en una encriptada y ext4. La situación inicial es un pendrive vacío sin particionar, lo que podemos conseguir con la citada utilidad.

En primer lugar comenzamos creando la partición FAT32:

Quedando como sigue:

Después seleccionamos el espacio libre y pulsamos sobre “Crear partición”:

En este caso los datos serán los siguientes:

Tras esto, nos solicitará la contraseña con la que protegeremos la partición:

Con esto ya habremos terminado la configuración:

A partir de ahora, cuando pinchemos el pendrive, se montará automáticamente la partición FAT32, pero nos pedirá la contraseña para montar la encriptada. Si le decimos al gestor de contraseñas de Ubuntu que la guarde, ya nos podremos olvidar prácticamente de que ese espacio está protegido, pero en caso de perder esa memoria USB será complicado que accedan a la información que contiene.

Por lo que parece, según el artículo antes mencionado, también podríamos montar el pendrive en sistemas Windows utilizando la utilidad FreeOTFE. No lo he probado y, desde luego, en este caso también se haría difícil al haber formateado con ext4, para aprovechar esa opción deberíamos haber formateado también con FAT32 o con NTFS.